viernes, 30 de septiembre de 2011

Psicología Clínica. Lic. Mónica Navarro Peña. Tema: Problemática del adolescente: Herramientas para su abordaje. En el ámbito social es difícil darle un tinte positivo a la Adolescencia ya que se relaciona con “crisis” en la que el trato con la autoridad se exacerba en el choque generacional, se adopta una actitud pasiva o poco tolerante en espera de la madurez que resolverá la relación. Este pensamiento no es infundado ya que en la práctica los tutores pueden dar pasos en su formación pero se ven truncados por el entorno que no refuerza de manera natural estos aspectos. Alguien debe creer en él, ejercer cierta autoridad que le permita regular su actuar y sea un acompañante que lo encause a cubrir sus necesidades de manera constructiva. Mi visión de la Adolescencia observa como principal característica de la adolescencia el que es una ETAPA de la vida, un proceso natural que es transitorio. Cuando el joven nota que hay confusión donde antes había certeza, recurre a sus mayores que muestran ansiedad por no saber manejar ese cambio como una etapa natural de la vida en la que se definen nuevos intereses. Haciendo que la interacción con la sociedad lo lleve a una independencia mas definida. El cambio físico y psicológico lleva al miedo por lo desconocido, terreno en el cual construye su identidad teniendo como prototipos a figuras poco constructivas. Al ver la Adolescencia como una etapa transitoria pero determinante hace considerable la palabra RESPONSABILIDAD que le da al joven una seguridad de que si cumple con ciertos deberes obtiene recompensas no solo materiales sino de satisfacción al saberse útil y descubrir sus potencialidades. La responsabilidad para el joven que deja de ser niño implica que entienda la existencia de deberes dentro y fuera del hogar. Hay una nueva palabra que debe registrar en su desarrollo AUTONOMÍA que se forja con cada experiencia de su vida. Dentro de la autonomía es imprescindible trabajar el autoconcepto que va a dirigir de manera consciente e inconsciente las decisiones del ser humano, en el especial el joven adquiere una identidad que lo conduce a la autoafirmación. El término adolescencia tiene su origen etimológico del latín, proviene del verbo “adolescere” que significa crecer y desarrollarse hacia la madurez. Esta descripción de la palabra hace que surja la necesidad de proyectar durante esos años las capacidades emocionales que llevaran a la madurez psicoemocional y par tanto las herramientas para enfrentar adecuadamente la problemática en l vida adulta. En la interacción con los jóvenes durante estos años me permite plantear los principales sentimientos y actitudes de los adolescentes. A continuación sintetizo esta problemática en 10 variables: Apatía. Esta aplanado emocionalmente en motivos para vivir. Soledad. Están en envueltos en un ambiente depresivo en el que el sentimiento rige su actuar. Contradicción. Ante las reglas en el despertar de la crítica. Enamoramiento. Relaciones amorosas a corta edad como centro de refugio. Escapar del hogar. Evadir los problemas de la casa. Enfrentamiento con la Autoridad. En la Familia, a nivel escolar y social. Actitud pragmática. Búsqueda del dinero y poder. Desaliento. Angustia ante el futuro. Violencia. Como solución de conflictos y adquisición de poder. Necesidad de aprobación. Buscan una persona que los apruebe, les de identidad y substituya la figura paterna. En este panorama el joven desarrolla su personalidad llevándolo a una insatisfacción existencial desencadenando depresiones, violencia, problemas alimenticios, sentimiento de minusvalía; entre otros problemas que hacen necesaria la intervención reconstructiva en la familia y como sociedad. Para intervenir en su desarrollo de manera completa es necesario considerar tres áreas: Familiar: Hay que ser constantes y congruentes en el trato con los hijos, ellos sabrán valorar ese esfuerzo. Es necesario dentro de la comunicación familiar saber que esperan los hijos de los padres creando un ambiente de confianza y seguridad. Dar mayor participación a los hijos, para que no sean egoístas y para que sean capaces de servir a los demás. En cuanto a la autoridad no debe dejar de ejercerse por miedo a perder la confianza entre padres e hijos, sin autoridad no hay verdadera confianza pues la falta de esta de los padres ocasiona la rebeldía de los hijos. Es importante escuchar y actuar después, mejorando la capacidad de observación y asimilando la información. Es necesaria la coordinación entre todos los que influyen en la educación. En resumen: “Educar la libertad es fomentar una mayor autonomía y una mayor responsabilidad en quien se educa”. Oliveros F. Otero. Social: Juan Manuel Burgos hace un análisis de la “Nueva relación de la Familia con el Estado” estudiando la evolución socio política establece que el Estado se va reforzando cada vez mas hasta llegar a lo que se denomina Estado Asistencial. Este Estado se dedica a atender los múltiples aspectos de la vida cotidiana con una tendencia paternalista. Ante esta visión hace que la ayuda sea a los más desprotegidos sin fortalecer programas de prevención, enfocando su actuación a o inmediato. La familia se fue privatizando hasta desaparecer prácticamente del ámbito público y hacer invisible para las instituciones sociales. Es indispensable que el control de la educación de niños y jóvenes sea regulada con mucho mayor empeño por parte de las escuelas para no expulsar a los niños problema sino tener un respaldo orientativo en las instituciones. Poner la esperanza en Asociaciones Civiles que estructuren un programa preventivo ante los dilemas de los niños y en los adolescentes; proyectos en los que sean acompañados hacia el desarrollo de capacidades. Autoafirmación del Adolescente. En nuestra cultura encontramos un obstáculo para esa maduración que va acompañada de la sobreprotección, haciendo que el adolescente reciba mensajes contrarios que disminuyen la autoridad de sus padres o tutores, refuerzan la inmadurez del joven que alarga sus decisiones; lamentablemente el adolescente ya ha conformado su ideología contando con el apoyo de sus familiares sin importar los errores que se hayan cometido. El autoconcepto es un constructo propuesto por Rogers, planteó como las personas se forman un concepto acerca de ellas mismas, que influye decisivamente en su comportamiento y determina su ajuste a las demandas del entorno y su propio equilibrio interior. El “autoconcepto” sería la idea subjetiva que las personas tienen acerca de lo que ellas mismas creen que son. Es primordial la descripción de Autoconcepto para llegar a la autoafirmación. Salvarezza L. en 1999 menciona: “Este término suele definirse, en sentido genérico, como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo. Así, es posible diferenciar dos componentes o dimensiones en el autoconcepto: los cognitivos (pensamientos) y los evaluativos (sentimientos). Los primeros se refieren a las creencias sobre uno mismo tales como la imagen corporal, la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que el individuo considera que posee. Los segundos, también llamados autoestima, están constituidos por el conjunto de sentimientos positivos y negativos que el individuo experimenta sobre sí mismo.” En la problemática planteada en páginas anteriores se dirige a los aspectos evaluativos que llevan a forjar esa autoestima del adolescente en base a los sentimientos positivos o negativos que el individuo experimenta de si mismos. Con ello busco darle mayor fortalecimiento al como se percibe el mismo joven y darle un tinte proyectivo en base a sus intereses. La dimensión cognitiva la llevo a un segundo valor pues necesitamos definir la capacidad que tiene a pesar de los constructos negativos que pueda percibir dentro de su entorno. Autoafirmación es la característica de la conducta que se singulariza por un comportamiento social positivo, que apunta a defender un derecho a alcanzar una meta. Es darle un sentido a la vida. Como propuesta personal remarco gran importancia de proporcionar al adolescente un ambiente de seguridad en el cual la autoridad este abierta a la escucha y sus intervenciones sean cortas en palabras pero amplias en ejemplo y actividades de interacción con los hijos. Como herramienta técnica que me ha funcionado con total éxito en el trabajo con adolescentes es la elaboración del “PROYECTO DE VIDA” que ayuda de manera práctica a la proyección de metas a corto, mediano y largo plazo; establecer las fortalezas-debilidades que le brindaran un autoconocimiento motivándolo a cumplir sus objetivos.


Psicología Clínica.
Lic. Mónica Navarro Peña.
Tema: Problemática del adolescente: Herramientas para su abordaje.
En el ámbito social es difícil darle un tinte positivo a la Adolescencia ya que se relaciona con “crisis” en la que el trato con la autoridad se exacerba en el choque generacional, se adopta una actitud pasiva o poco tolerante en espera de la madurez que resolverá la relación. Este pensamiento no es infundado ya que en la práctica los tutores pueden dar pasos en su formación pero se ven truncados por el entorno que no refuerza de manera natural estos aspectos. Alguien debe creer en él, ejercer cierta autoridad que le permita regular su actuar y sea un acompañante que lo encause a cubrir sus necesidades de manera constructiva.
Mi visión de la Adolescencia observa como principal característica de la adolescencia el que es una ETAPA de la vida, un proceso natural que es transitorio. Cuando el joven nota que hay confusión donde antes había certeza, recurre a sus mayores que muestran ansiedad por no saber manejar ese cambio como una etapa natural de la vida en la que se definen nuevos intereses. Haciendo que la interacción con la sociedad lo lleve a una independencia mas definida.
El cambio físico y psicológico lleva al miedo por lo  desconocido, terreno en el cual construye su identidad teniendo como prototipos a   figuras poco constructivas.
Al ver la Adolescencia como una etapa transitoria pero determinante hace considerable la palabra RESPONSABILIDAD que le da al joven una seguridad de que si cumple con ciertos deberes obtiene recompensas no solo materiales sino de satisfacción al saberse útil y descubrir sus potencialidades.
La responsabilidad para el joven que deja de ser niño implica que  entienda la existencia de  deberes dentro y fuera del hogar. Hay una nueva palabra que debe registrar en su desarrollo AUTONOMÍA que se forja con cada experiencia de su vida. Dentro de la autonomía es imprescindible trabajar el autoconcepto  que va a dirigir de manera consciente e inconsciente las decisiones del ser humano, en el especial el joven adquiere una identidad  que lo conduce a la autoafirmación.
El término adolescencia tiene su origen etimológico del latín, proviene del verbo “adolescere” que significa crecer y desarrollarse hacia la madurez. Esta descripción  de la palabra hace que surja la necesidad de proyectar durante esos años las capacidades emocionales que llevaran a la madurez psicoemocional y par tanto las herramientas para enfrentar adecuadamente la problemática en l vida adulta.
En la interacción con los jóvenes durante estos años me permite plantear los principales sentimientos y actitudes de los adolescentes. A continuación sintetizo esta problemática en 10 variables:
Apatía.
Esta aplanado emocionalmente en motivos para vivir.
Soledad.
Están en envueltos en un ambiente depresivo en el que el sentimiento rige su actuar.
Contradicción.
Ante las reglas en el despertar de la crítica.
Enamoramiento.
Relaciones amorosas a corta edad como centro de refugio.
Escapar del hogar.
Evadir los problemas de la casa.
Enfrentamiento con la Autoridad.
En la Familia, a nivel escolar y social.
Actitud  pragmática.
Búsqueda del dinero y poder.
Desaliento.
Angustia ante el futuro.
Violencia.
Como solución de conflictos y adquisición de poder.
 Necesidad de aprobación.
Buscan una persona que los apruebe, les de identidad y substituya la figura paterna.

En este panorama el joven desarrolla su personalidad llevándolo a una insatisfacción existencial desencadenando depresiones, violencia, problemas alimenticios, sentimiento de minusvalía; entre otros problemas que hacen necesaria la intervención reconstructiva en la familia y como sociedad.

Para intervenir en su desarrollo de manera completa es necesario considerar tres áreas:
Familiar:
Hay que ser constantes y congruentes en el trato con los hijos, ellos sabrán valorar ese esfuerzo. Es necesario dentro de la comunicación familiar saber que esperan los hijos de los padres creando un ambiente de confianza y seguridad. Dar mayor participación a los hijos, para que no sean egoístas  y para que sean capaces de servir a los demás.
En cuanto a la autoridad no debe dejar  de ejercerse por miedo a perder la confianza entre padres e hijos, sin autoridad no hay verdadera confianza pues la falta de esta de los padres ocasiona la rebeldía de los hijos.
Es importante escuchar y actuar después, mejorando la capacidad de observación y asimilando la información. Es necesaria la coordinación  entre todos los que influyen en la educación.
En resumen: “Educar la libertad es fomentar una mayor autonomía y  una mayor responsabilidad en quien se educa”. Oliveros F. Otero.


Social:
Juan Manuel Burgos hace un análisis de la “Nueva relación de la Familia con el Estado” estudiando la evolución socio  política establece que el Estado se va reforzando  cada vez mas hasta llegar a lo que se denomina Estado Asistencial. Este Estado se dedica a atender  los múltiples aspectos de la vida cotidiana  con una tendencia paternalista.
Ante esta visión hace que la ayuda sea a los más desprotegidos sin fortalecer programas de prevención, enfocando su actuación a o inmediato.
La familia se fue privatizando hasta desaparecer prácticamente  del ámbito público y hacer invisible para las instituciones sociales.
Es indispensable que el control de la educación de niños y jóvenes sea regulada con mucho mayor empeño por parte de las escuelas para no expulsar a los niños problema sino tener un respaldo orientativo en las instituciones.
Poner la esperanza en Asociaciones Civiles que estructuren un programa preventivo ante los dilemas de los niños y en los adolescentes; proyectos en los que sean acompañados hacia el desarrollo de capacidades.

Autoafirmación del Adolescente.
En nuestra cultura encontramos un obstáculo para esa maduración que va acompañada de la sobreprotección, haciendo que el adolescente reciba mensajes contrarios que disminuyen la autoridad de sus padres o tutores,  refuerzan la inmadurez del joven  que alarga sus decisiones; lamentablemente el adolescente ya ha conformado su ideología contando con el apoyo de sus familiares sin importar los errores que se hayan cometido.
El autoconcepto es un constructo propuesto por Rogers,  planteó como las personas se forman un concepto acerca de ellas mismas, que influye decisivamente en su comportamiento y determina su ajuste a las demandas del entorno y su propio equilibrio interior. El “autoconcepto” sería la idea subjetiva que las personas tienen acerca de lo que ellas mismas creen que son.

Es primordial la descripción de Autoconcepto para llegar a la autoafirmación. Salvarezza L. en 1999 menciona: “Este término suele definirse, en sentido genérico, como el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo. Así, es posible diferenciar dos componentes o dimensiones en el autoconcepto: los cognitivos (pensamientos) y los evaluativos (sentimientos). Los primeros se refieren a las creencias sobre uno mismo tales como la imagen corporal, la identidad social, los valores, las habilidades o los rasgos que el individuo considera que posee. Los segundos, también llamados autoestima, están constituidos por el conjunto de sentimientos positivos y negativos que el individuo experimenta sobre sí mismo.”

En la problemática planteada en páginas anteriores se dirige a los aspectos evaluativos que llevan a forjar esa autoestima del adolescente en base a los sentimientos positivos o negativos que el individuo experimenta de si mismos. Con ello busco darle mayor fortalecimiento al
como se percibe el mismo joven y darle un tinte proyectivo en base a sus intereses. La dimensión cognitiva la llevo a un segundo valor pues necesitamos definir la capacidad que tiene a pesar de los constructos negativos que pueda percibir dentro de su entorno.

Autoafirmación es la característica de la conducta que se singulariza por un comportamiento social positivo, que apunta a defender un derecho a alcanzar una meta. Es darle un sentido a la vida.

Como propuesta personal remarco gran importancia de proporcionar al adolescente un ambiente de seguridad en el cual la autoridad este abierta a la escucha y sus intervenciones sean cortas en palabras pero amplias en ejemplo y actividades de interacción con los hijos.

Como herramienta técnica que me ha funcionado con total éxito en el trabajo con adolescentes es la elaboración del “PROYECTO DE VIDA” que ayuda de manera práctica a la proyección de metas a corto, mediano y largo plazo; establecer las fortalezas-debilidades que le brindaran un autoconocimiento motivándolo a cumplir sus objetivos.

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