viernes, 9 de noviembre de 2012

“LA FUNCIÓN PSICOLÓGICA: ANORMALIDAD Y SUS APLICACIONES EN LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE”


UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE DURANGO CAMPUS ZACATECAS
 MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA                                                    
  PRESENTA: EDITH MARLENE HUERTA CRUZ.
INTRODUCCIÓN
En el presente ensayo se expondrá la función psicológica asociada a los estilos de aprendizaje, ya que  es un tema el cuál  lleva implícitos los conceptos revisados en el módulo cómo se podrá apreciar a lo largo de su lectura; cabe mencionar que en el contenido del presente trabajo se desarrollaron algunos de los conceptos, esto con la finalidad de lograr una mejor comprensión.
La psicología anormal es el área de la psicología que se enfoca en la conducta desadaptada junto con sus causas, consecuencias y tratamiento. La gran mayoría de las conductas que estudia la psicología anormal se relaciona con las fallas e inadecuaciones del hombre. Estos errores en la vida se deben sobre todo a fallas en la adaptación.  La forma en la que se conceptualiza la conducta desadaptada influye en la manera en que se estudia y el modo en que se trata a los individuos con diversos tipos de problemas de pensamiento, estado de ánimo y conducta.
La adaptación comprende, por un lado, el equilibrio entre lo que hace la gente y lo que desea hacer y, por otro lado lo que el ambiente o la comunidad requiere. Vemos pues que la adaptación es un proceso dinámico, cada persona responde a su ambiente y a los cambios que ocurren en éste.
Aprender es un proceso que dura toda la vida. Y es, como toda característica humana, absolutamente personal. Cada individuo percibe, interacciona y responde al aprendizaje de un modo diferente.
En el aprendizaje intervienen muchos factores biológicos, fisiológicos y socioambientales que condicionan la evolución y calidad del proceso de aprender y, consecuentemente, la capacidad de adaptación al medio de acuerdo con la experiencia y los conocimientos adquiridos. Puede decirse que estas características juntas describen la manera de aprender de cada persona. 
 
DESARROLLO
La naturaleza nos ha brindado el don de la adaptabilidad, la capacidad para aprender  nuevas formas de comportamiento que nos permiten afrontar las circunstancias siempre cambiantes de la vida. Partiendo de este elemento, se puede definir el aprendizaje como un cambio relativamente permanente del comportamiento de un organismo animal o humano provocado por la experiencia. Experiencia y cambio que determinaran nuestras destrezas motoras, nuestras ideas morales, nuestra autoimagen, nuestro pensamiento, las motivaciones que nos impulsan a actuar, el lenguaje con el que nos comunicamos, la capacidad para estudiar o incluso parte de la conducta sexual y afectiva.  
El aprendizaje es la garantía de un devenir más equilibrado porque los seres humanos somos los que tenemos mayor capacidad para modificar nuestro comportamiento. Aprendemos acciones fundamentales muy básicas por simples asociaciones entre estímulos que ocurren casi simultáneamente y en ocasiones de forma inesperada. De esta forma estímulos que en un principio no suscitaban reacciones en el sujeto, adquieren ahora la capacidad para hacerlo, a esto se le puede llamar condicionamiento clásico.
También podemos llegar a conocer qué efectos o consecuencias derivan de nuestras respuestas; por ejemplo si un niño llora y le dan dulces para que deje de llorar el efecto es el esperable: llorar tiene como consecuencia un premio. Estamos ante el condicionamiento operante; gracias a él llegamos a ejecutar conductas que provocan resultados positivos o que ayudan a evitar los negativos.
Otra forma de aprendizaje es por imitación; ya que observando a los demás podemos  aprender nuevas respuestas y adquirir  otras formas de conducta. Es el aprendizaje mediante la observación de modelos, conseguido en virtud del contacto directo con las acciones y resultados logrados por los demás. Es uno de los más eficaces y quizá con el que más se condicionan hábitos e interacciones sociales.
Los seres humanos podemos aprender también a través del lenguaje. Los humanos poseemos un lenguaje interno, un pensamiento; olvidarlo es ignorar siglos de evolución en los que las inferencias verbales y cognoscitivas han influido de forma absolutamente concluyente sobre el ser humano. Estamos sometidos al condicionamiento de las contingencias que suceden en el aprendizaje, porque tenemos facultades para pensarlas, verbalizarlas y describirlas. Nadie puede negar lo evidente: las creencias y pensamientos que tengamos sobre los estímulos y la propia respuesta, influirán en el devenir de cualquier adiestramiento personal. Es posible que exista un continuo entre los comportamientos observables y los encubiertos, o sea, los que se imaginan, se sienten o se piensan.  El pensamiento puede ser tanto un requisito para la adquisición de una conducta  como la consecuencia que la potenciará o luchará contra ella. Hay pues que cuidar estas adquisiciones que el individuo tiene o puede tener  sobre los eventos que se pretendan condicionar o extinguir.  
Las emociones y los comportamientos se alimentan con las creencias de los individuos, creencias que pueden ser claramente positivas pero también irracionales, intrusivas o evidentemente negativas para el sujeto. Interpretamos la realidad, la pensamos y nos dedicamos a atribuir e interpretar el mundo que nos rodea y los propios estados internos. Entonces su puede hablar acerca de lo que piensan las personas sobre los fenómenos que experimentan, basándose en la propia congruencia de sus juicios, con lo que se busca una orientación de la realidad.  
Es importante mencionar también que dentro del proceso de aprendizaje se encuentran implícitos los tres niveles de estudio de la psicología: micro, molecular y molar. En el nivel micro se encuentra el comportamiento innato, puede venir determinado por la genética y la herencia son conductas simples, es un comportamiento primitivo por ejemplo algunas respuestas corporales, como son los reflejos, la succión.  A nivel molecular se habla de un comportamiento madurativo que si bien no es innato tampoco requiere un aprendizaje que conlleva demasiada complejidad, por ejemplo la postura corporal, el tono de voz, tono muscular, etc. Son sistemas simples y observables. Y por último el tercer nivel que es el macro en este nivel el comportamiento es aprendido  ya sea a través de experiencias, la cultura, el establecer relaciones sociales, el aspecto educativo etc. este nivel requiere sistemas concretos y conductas complejas.
El concepto de estilo de aprendizaje ha dado lugar a una gran variedad de definiciones. ´´Los estilos de aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores, relativamente estables, de cómo las personas perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje´´ (Keefe, 1988). Entonces se podría decir que los estilos de aprendizaje son aquellas características que describen la manera de aprender de cada persona.
La teoría de los estilos de aprendizaje enfatiza la importancia del aprendizaje a través de la experiencia, como un proceso circula estructurado en cuatro fases: tener una experiencia, repasarla, sacar conclusiones y planificar los pasos a seguir. Dicho proceso tiene lugar a lo largo de toda la vida, carecería de sentido decir que ya lo hemos aprendido todo o que nuestro proceso de aprendizaje ha finalizado. El proceso de aprendizaje puede iniciarse a partir de cualquier fase del ciclo pero ninguna de estas fases desligadas de las demás sería suficiente para hablar de aprendizaje. Sin embargo, la mayoría de las personas tiene preferencias por alguna de ellas. Probablemente todos conocemos a individuos que continuamente están experimentando cosas nuevas sin ningún tipo de reflexión o conclusión y, por lo tanto sin aprender de ellas.
Los estilos de aprendizaje son la clave para entender las diferentes preferencias de las personas cuando aprenden. Cada una de las fases del proceso está relacionada con un estilo de aprendizaje que puede ser activo, reflexivo, teórico y pragmático, dicho estilo determinará la forma de asimilar la información, la toma de decisiones y la solución de problemas. Si se tienen los cuatro estilos, más o menos en el mismo grado de preferencia, es más fácil la posibilidad de aprender en cualquier circunstancia.
En general las personas con preferencia en el estilo activo se implican plenamente y sin prejuicios en nuevas experiencias. Tienen una mentalidad abierta. No son nada escépticas y realizan con entusiasmo cualquier tarea nueva que se les presente. Son entusiastas arriesgadas y espontaneas. Cuando el interés y la novedad de una actividad disminuye, enseguida comienzan a buscar la próxima. Les gusta trabajar en equipo y generar ideas. Son protagonistas líderes y son competitivas.
Quienes tienen como estilo predominante el reflexivo, por lo general suelen considerar cada experiencia desde diferentes perspectivas y ponderar las diversas alternativas. Les gusta recopilar datos y analizarlos detenidamente antes de sacar conclusiones. Son sumamente prudentes y siempre consideran concienzudamente todas las alternativas posibles antes de realizar un movimiento. No soportan trabajar bajo la presión del tiempo y suelen ser lentos. Disfrutan observando el comportamiento y la actuación de los demás y no intervienen hasta que han hecho suya la situación. Son personas muy observadoras, receptivas y analíticas. Acostumbran a ser pacientes, cuidadosas, detallistas y prudentes.
Los individuos que muestran una preferencia por el estilo teórico adaptan e integran las observaciones dentro de teorías lógicas y complejas. Son personas extremadamente lógicas y objetivas. Plantean la resolución de problemas en etapas siguiendo un orden racional. Tienden a ser perfeccionistas. Integran los hechos en teorías coherentes, les gusta analizar y sintetizar. Son profundas en su sistema de pensamiento cuando han de establecer principios, teorías y modelos. Se divierten elaborando hipótesis. Consideran que cualquier cosa para ser buena ha de ser lógica. Buscan la racionalidad, huyen de lo ambiguo y de lo subjetivo. Son personas muy metódicas, disciplinadas, críticas y estructuradas. 
Las personas con preferencia por el estilo pragmático suelen tener como punto fuerte la aplicación práctica de las ideas. Les gusta experimentar. Descubren el aspecto positivo de las nuevas ideas y aprovechan la primera oportunidad para experimentarlas. También disfrutan aplicando aquello que han aprendido. Les gusta actuar rápidamente y con seguridad en aquellas ideas que les atraen. Se impacientan con las personas que teorizan. Son muy realistas cuando van a tomar una decisión o resolver un problema. Suelen aportar soluciones a los problemas, son prácticos, directos y eficaces. Siempre creen que pueden hacerlo mejor, también destacan por ser realistas, técnicos decididos y claros. Dan muestra de tener una gran seguridad en sí mismos.
Lo que dificulta el aprendizaje:
En el proceso de aprendizaje pueden presentarse dificultades de diversa índole. En el caso concreto de cada estilo las actividades que dificultan el aprendizaje pueden sintetizarse de la siguiente forma:
Las personas con preferencia en estilo activo pueden tener dificultades cuando tengan que: exponer temas con mucha carga teórica; asimilar, analizar e interpretar muchos datos sin demasiada coherencia; prestar atención a los detalles; trabajar individualmente; evaluar de antemano lo que van a aprender, ponderar lo ya realizado o aprendido; repetir la misma actividad; limitar su actuación a instrucciones precisas, hacer trabajos que exijan muchos detalles; vivir la consolidación de experiencias a largo plazo; permanecer sentados escuchando pasivamente; oír conferencias, monólogos o explicaciones de cómo deben hacerse las cosas; mantenerse a distancia sin poder participar activamente.
Para quienes manifiesten preferencia por el estilo reflexivo pueden presentarse dificultades cuando tengan que: actuar como líderes; hacer actividades que les exijan ocupar el primer plano, presidir reuniones o debates; participar en situaciones que requieran acción sin una planificación; exponer ideas espontáneamente sin haber meditado antes sobre ellas; no disponer de los datos suficientes para llegar a una conclusión; trabajar bajo la presión del tiempo o de las directrices de alguien; pasar rápidamente de una actividad a otra; hacer trabajos de forma superficial.
Los individuos con preferencia por el estilo teórico pueden encontrarse con dificultades cuando tengan que: hacer algo sin un contexto o finalidad clara; participar en situaciones donde predominen las emociones y los sentimientos; tener que actuar o decidir sin una base de principios, conceptos, políticas o estructuras; verse ante la confusión  de métodos o técnicas alternativos o contradictorios  sin poder explorarlos en profundidad; trabajar en temas que consideran poco profundos o artificiales; trabajar con personas que tengan un estilo de aprendizaje diferente al suyo.
Las personas con inclinación hacia el estilo pragmático pueden tener dificultades cuando deban: hacer un aprendizaje que no guarde relación con una necesidad inmediata o que no aporte un beneficio práctico; aprender lo que está distante de la realidad; aprender teorías y principios generales; trabajar sin instrucciones claras; trabajar con las personas que no avanzan con la suficiente rapidez; superar obstáculos  que puedan impedir la aplicación de aquello que están haciendo; hacer aprendizajes sin una respuesta evidente.
CONCLUSIÓN
El aprendizaje no es sólo la capacidad de adquirir conocimientos académicos sino también de aprovechar nuestras experiencias como individuos para adaptarnos al mundo que nos rodea de una manera más eficiente. Gracias a la capacidad de aprendizaje, podemos cambiar nuestro comportamiento, moldear la personalidad, adquirir habilidades sociales, tomar decisiones, manejar los miedos así como modificar nuestro sistema de creencias y actitudes; puesto que lo que en este momento nos condiciona quizá pueda modificarse con otro aprendizaje que permita adquirir nuevas estrategias, curarnos de nuestras ansiedades o rehabilitarnos en determinado momento.
La capacidad de aprendizaje no se mantiene estable a lo largo de la vida, sino que atraviesa por distintas fases en las cuales intervienen factores diversos y ajenos a uno mismo. Así, los problemas personales, familiares, sociales o el estado emocional favorecen o dificultan la capacidad para aprender.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA
Aprendizaje, conducta y emociones. Psicología para todos. Barcelona: OCEANO, 2009. Vol. 1

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