viernes, 31 de agosto de 2012

La depresión como resultado de la Diabetes Infantil por Daniela Medina


La depresión como resultado de la Diabetes Infantil


Primero tenemos que entender que es la diabetes. En nuestro país la mortalidad por enfermedades crónicas degenerativas se  ha incrementado en las últimas décadas en una forma alarmante, agrado tal que la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares se encuentran entre las primeras cinco causas de mortalidad general.
Desde que se le describió por vez primera, esta enfermedad ha estado estrechamente vinculada con la alimentación, y aunque a lo largo del tiempo las recomendaciones dietéticas han sufrido una notable variación, el tratamiento Nutricional ha sido siempre un elemento fundamental en su terapia.
La diabetes es un síndrome complejo que afecta a los CHO, ácidos grasos y otros nutrimentos. La Diabetes es un trastorno metabólico complicado de llevar, sobre todo cuando es diagnosticada a temprana edad, pues significan cambios en la alimentación y hábitos diarios, lo cual acarrea a la larga depresión.
Cambiar a ese nivel de adaptación acarrea a la larga desanimo, por el hecho de aprender a picarse el dedo, a medirse la glucosa, a comer sano, pues sólo de esta manera, se podrán evitar complicaciones a futuro.
Pero, no sólo significa un fuerte golpe a la estabilidad del menor, sino también para la familia, por ello es necesario tomar la enfermedad con tranquilidad, ya que si el niño llega a sentir inestabilidad, le generará preocupación e inseguridad.
Además, es indispensable siempre tratar la enfermedad con la verdad, ya que el niño podría comparar el padecimiento con una gripa, que con sólo reposo y jarabe pronto mejora, por ello es importante decirles sobre su condición real. Aceptar una enfermedad es difícil, de hecho estudios demuestran que son a los niños a quienes más se les complica  llevarla.
Con respecto a ello, la psiquiatra Maria Kovacs  afirma que la mayoría de los niños se adaptan bien durante el primer año después del diagnóstico, pero pasando ese tiempo, el 36% presenta síntomas de depresión.

También es frecuente que el niño manifieste ansiedad, tristeza, dolor de cabeza o de estómago.

Fuente.
L.N Daniela Medina Reveles

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